CAPITULO 06 SEXTA ETAPA

De Los Blázquez a Peraleda del Saucejo

Cuando me marché, dejé la llave donde me habían dicho. Serían las ocho de la mañana, hora ideal para caminar, para que cunda el camino. Mi destino hoy es Peraleda del Saucedo. Hacía una temperatura estupenda y como ya no tenía tanto peso en el macuto, iba “divino”. Tenía ganas de cantar, lo que pasa es que yo no canto ni en la ducha, ¡vaya que comience a llover a cántaros! Me ingenié un “truco” para tomar café. Antes de salir de Los Blázquez entro en un Bar; había una señora. Le pedí:
- ¿Podría Ud. poner unas letras en mi compostelano?
Le explique de qué se trataba, era sólo la confirmación de que realmente había pasado por ese pueblo. La señora se llama Carmelita; me pone en el libro una leyenda preciosa: “Enviaré mi ángel para que te abra camino”. Lo firma con su nombre, lo fecha y lo sella. “Se me escapó” que no había tomado nada caliente. La señora, diligente, me preparó un vaso de leche y dos tortas. Le di las gracias repetidamente, salí del establecimiento y tomé el camino de Peraleda del Saucejo. Me dije para mí: “ya vas aprendiendo”. Y lo mejor es que no me dio “fatiga”. “La próxima, lo haré bordado”.

Cuando llegué a Peraleda iba como un tomate, tenía más de 40 de fiebre y estaba tiritando de frío. Fui a la Iglesia. Cuando me vio el Párroco, con

tanta fiebre y tiritando, me dijo asustado:
- Pero, ¡hombre de Dios! Está Ud. achicharrado.
Yo no podía hablar de la tiritera, así que sacó una manta, me la echó por lo alto. Yo seguía tiritando, a pesar de la manta.
- Le voy a llevar al médico – decidió enérgico.
Sacó su coche de la cochera, me subió y me llevó al médico. Una vez que el médico me hubo reconocido, dijo al Padre:
- Tiene una insolación. Le voy a hacer una untura y que repose.
Me extendí la untura por las quemaduras de la cara y del cuello; el Padre me llevó de vuelta a la Iglesia; allí, en la Sacristía, me eché en un banco y allí me quedé toda la noche, reposando. No sé si estuve despierto o dormido, ni cuanto tiempo; no sabía ni dónde estaba…

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AGRADECIMIENTO ESPECIAL

A: Alfonso Leon Luque, Por la correccion de todo el texto.